¿Es la inteligencia artificial la nueva religión de Silicon Valley?

¿Es la inteligencia artificial la nueva religión de Silicon Valley?

El artículo explora cómo la fascinación y veneración de la inteligencia artificial (IA) en el sector tecnológico de Silicon Valley ha adquirido rasgos que recuerdan a los de una nueva religión—una especie de «religión tecnológica» que atiende la necesidad humana de trascendencia y significado, incluso en una comunidad históricamente secular.

De la secularidad a la trascendencia tecnológica

Tradicionalmente, Silicon Valley ha sido conocido por su escepticismo hacia las religiones tradicionales, pero el auge de la IA ha generado un nuevo tipo de devoción. El interés ya no es solo técnico o comercial; se ha convertido también en existencial, llenando el vacío dejado por las religiones convencionales.

Lenguaje religioso en la tecnología

Figuras prominentes como Geoffrey Hinton, reconocido como el «padrino de la IA», Sam Altman, CEO de OpenAI, y Peter Thiel, hablan de la IA con términos que antes se reservaban para lo divino. Hinton la llama «como un dios», Altman se refiere a una «inteligencia mágica en el cielo», y Thiel incluso sugiere que la IA podría facilitar la llegada del Anticristo. Este lenguaje refleja una esperanza (o temor) de que la tecnología pueda alcanzar un estatus casi sobrenatural.

Incentivos económicos y narrativas proféticas

Según Robert Geraci, profesor de estudios religiosos, hoy existe un claro incentivo financiero para exagerar las capacidades de la IA y predecir su inminente superioridad. Sin embargo, también hay una motivación más profunda: la búsqueda de significado y trascendencia en una comunidad que había dejado de lado las religiones tradicionales.

Rituales y creencias

Aunque no se trata de una religión formal, la cultura de Silicon Valley alrededor de la IA incluye rituales (como conferencias y lanzamientos de productos), creencias en un futuro transformador y una fe casi mesiánica en el poder salvador (o destructivo) de la tecnología. Esto no es solo una exageración mediática; según el artículo, responde a una necesidad humana universal de buscar respuestas últimas, incluso en la ausencia de Dios.

Escépticos y críticos

No todos en la industria comparten este fervor. Algunos académicos y tecnólogos, como Geraci, señalan que la IA actual (por ejemplo, ChatGPT) no es consciente ni cercana a la inteligencia humana general, y advierten sobre los riesgos de sobrestimar sus capacidades y atribuirle cualidades divinas.

Contexto y reflexión

El artículo destaca que, más allá de los intereses comerciales, el fenómeno de la «religión de la IA» en Silicon Valley evidencia que los seres humanos somos «profundamente, profundamente, inherentemente religiosos». Incluso en entornos secularizados, la necesidad de creer en algo más grande que uno mismo—ya sea un dios, una tecnología o una inteligencia superior—persiste y se transforma.

En resumen, la IA no solo es una herramienta o un producto en Silicon Valley; para muchos, se ha convertido en un objeto de fe, esperanza y, en algunos casos, temor, adoptando un papel similar al de las religiones tradicionales en otras culturas.

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