Desafíos regulatorios de la inteligencia artificial en Brasil y Colombia
Brasil y Colombia enfrentan el desafío regulatorio de la inteligencia artificial (IA) con enfoques distintos pero complementarios. Brasil destaca por haber avanzado más en el marco legal, con su proyecto de ley 2338/2023 aprobado en el Senado en diciembre de 2024, que crea un marco normativo para la IA basado en la clasificación de sistemas según niveles de riesgo, transparencia algorítmica y medidas de impacto social, siguiendo de cerca el modelo europeo.
Progreso en la regulación brasileña
En Brasil, la regulación propuesta se adapta a la realidad local, buscando un equilibrio entre la promoción de la innovación y la protección de derechos, con una regulación «tropicalizada» que ajusta las rigideces del modelo europeo para no obstaculizar la competitividad de startups y las pymes. Además, Brasil cuenta con una Estrategia Nacional de IA desde 2021 que articula políticas públicas con la legislación en desarrollo.
La situación en Colombia
Colombia, en cambio, tiene una participación activa y política pública mediante la Política Nacional de IA y espacios de diálogo como la Mesa Multiactor, pero ha tenido dificultades para traducir estos esfuerzos en leyes vinculantes, ya que la mayoría de sus proyectos legislativos han quedado archivados.
Perspectivas de la política colombiana
Aunque más rezagada en leyes formales, Colombia tiene presencia normativa mediante la Política Nacional para la Transformación Digital e IA (2019) que sienta bases éticas y orienta la regulación futura. Un proyecto importante en trámite, el Proyecto de Ley Estatutaria 154 de 2024, busca sistematizar la regulación de IA con un enfoque en derechos humanos, límites al desarrollo y uso ético, alineándose con estándares internacionales como el AI Act europeo y su clasificación de riesgos.
Objetivos comunes en la regulación de IA
Ambos países reconocen la importancia de regular la IA para evitar daños como sesgos algorítmicos, violaciones a la privacidad y la explotación de grupos vulnerables. Asimismo, buscan garantizar protección laboral y dignidad humana, pero con un enfoque en no frenar el progreso tecnológico sino guiarlo de forma ética y sostenible.
Conclusión
En resumen, Brasil está más avanzado en legislación específica con un enfoque adaptado a su contexto; Colombia avanza en política y debate, con proyectos recientes buscando consolidar regulación formal basada en derechos humanos y gestión de riesgos. Juntos, representan rutas distintas pero complementarias en América Latina hacia una regulación efectiva y ética de la inteligencia artificial.