La inteligencia artificial (IA) representa un desafío crucial para la regulación en Colombia. Según Carolina Botero Cabrera, en su artículo publicado en El Espectador, la creación de un marco regulatorio efectivo es urgente y compleja. A pesar de que existen políticas y marcos regulatorios en papel, como el Conpes 3975, la práctica revela la falta de un proceso participativo amplio y la ausencia de mecanismos de control ciudadano adecuados.
Principios fundamentales de la regulación de IA
Botero destaca la importancia de que la regulación de la IA esté alineada con estándares de derechos humanos, incluyendo legalidad, necesidad y proporcionalidad. Esta regulación debe diferenciar entre la implementación de IA en los sectores público y privado, dado que este último ejecuta muchas de las soluciones que provienen del sector gubernamental.
La IA como herramienta, no como fin
Además, es vital que la regulación no considere a la IA como un fin en sí mismo, sino como una herramienta que se utiliza en contextos específicos. La transparencia, el control y el respeto a la autonomía de las personas deben ser elementos centrales en cualquier estrategia regulatoria.
La urgencia de una gobernanza inclusiva
A medida que Colombia avanza en el debate sobre la IA, Botero advierte que el país ha llegado tarde a esta discusión. Las implicaciones relacionadas con el empleo, la privacidad, la democracia y la educación deben ser abordadas de manera urgente. Por ello, es crucial desarrollar una gobernanza inclusiva y responsable, que garantice que la voz de la ciudadanía sea tenida en cuenta en el proceso regulatorio.
La brecha entre el marco normativo y la práctica real subraya la necesidad de intensificar esfuerzos hacia una regulación efectiva que no solo respete los derechos humanos, sino que también promueva una integración responsable de la IA en la sociedad colombiana.